Erika Barrantes Ramírez
erikabramirez@gmail.com
El gobierno ha desligado a Talamanca de sus planes de mejoras sociales y económicas. Ante esto los indígenas de esta zona, optaron por adquirir prácticas que les permiten satisfacer sus necesidades básicas de alimento y vestido, acciones que los convierten en el cantón número uno de tráfico de marihuana en el país.
Hoy se produce ahí el 80% del total de esta droga, que se vende y trata en Costa Rica. Esta ha sido la solución adoptada por la población ante el abandono del gobierno.
Las condiciones de difícil acceso, la falta de vigilancia policial y la necesidad por alimento y vestimenta, son los principales factores para que narcotraficantes del Valle Central y Limón, les “paguen” a los indígenas por tener plantaciones de marihuana en sus tierras.
“Es ahí donde se ve a los indígenas como víctimas y no como cómplices del delito”, afirmó Jesús Ureña, Jefe de Prensa del Ministerio de Seguridad Pública.
Tan sólo en el 2008, se reportó el decomiso de más de 2 millones de plantas de marihuana en ese lugar. Es realmente alarmante que se reporten datos así (y eso que aún faltan las cifras del resto del país).
Pero ante esto, ¿cuáles son las acciones del gobierno y específicamente del Ministerio de Seguridad Pública? Ante una consulta hecha al ministerio, se afirmó que anualmente se realizan dos operativos en esta región, logrando destruir aproximadamente unas mil plantas de marihuana en cada intervención. Pero, ¿son suficientes dos operativos al año? No. Si en el 2008 se reportó el decomiso de más de dos millones de plantas, ¡imagínese usted la cantidad que aún debe de haber ahí y no se logró destruir!
Lo peor es que estas acciones mediocres del gobierno, han hecho que el problema se extienda, haciendo que muchos ignoren lo que sucede.
Se necesita atacar el desempleo, la pobreza y la falta de seguridad existentes, porque la realidad es que hoy, por 50 libras de hierba, se entrega a los nativos un diario que incluye dos bolsas de arroz, cuatro paquetes de azúcar, dos bolsas de café, cinco bolsas de sal y tres paquetes de macarrones. No se entrega dinero.
De acuerdo con un estudio del Ministerio de Planificación, el cantón de Talamanca ocupa el último lugar del país en cuanto a desarrollo humano, o sea el puesto 81. Es claro que aquello que hoy realizan las autoridades no es suficiente ni aceptable; no se brinda una vivienda digna, alimento ni seguridad.
¿Qué tal si en lugar de utilizar los terrenos para la siembra de marihuana, estos se utilizaran para el cultivo de productos de alimentación y se vendieran para generar ingresos a los indígenas? Sería una mejor opción que brindaría trabajo y por lo tanto dinero para muchos.
Gobierno de Arias y gobierno próximos: No queremos acciones mediocres, sino una solución concreta ante las causas que llevan a esta población a realizar la siembra de droga. Se requieren empleos dignos para poder satisfacer las necesidades de alimentación y vivienda, seguridad para el cantón para evitar que “los otros” se aprovechen, y se necesita brindar un buen nivel de educación que lleve a la superación.
Lo que sucede no nos es ajeno, Talamanca necesita ser atendida.
El gobierno ha desligado a Talamanca de sus planes de mejoras sociales y económicas. Ante esto los indígenas de esta zona, optaron por adquirir prácticas que les permiten satisfacer sus necesidades básicas de alimento y vestido, acciones que los convierten en el cantón número uno de tráfico de marihuana en el país.
Hoy se produce ahí el 80% del total de esta droga, que se vende y trata en Costa Rica. Esta ha sido la solución adoptada por la población ante el abandono del gobierno.
Las condiciones de difícil acceso, la falta de vigilancia policial y la necesidad por alimento y vestimenta, son los principales factores para que narcotraficantes del Valle Central y Limón, les “paguen” a los indígenas por tener plantaciones de marihuana en sus tierras.
“Es ahí donde se ve a los indígenas como víctimas y no como cómplices del delito”, afirmó Jesús Ureña, Jefe de Prensa del Ministerio de Seguridad Pública.
Tan sólo en el 2008, se reportó el decomiso de más de 2 millones de plantas de marihuana en ese lugar. Es realmente alarmante que se reporten datos así (y eso que aún faltan las cifras del resto del país).
Pero ante esto, ¿cuáles son las acciones del gobierno y específicamente del Ministerio de Seguridad Pública? Ante una consulta hecha al ministerio, se afirmó que anualmente se realizan dos operativos en esta región, logrando destruir aproximadamente unas mil plantas de marihuana en cada intervención. Pero, ¿son suficientes dos operativos al año? No. Si en el 2008 se reportó el decomiso de más de dos millones de plantas, ¡imagínese usted la cantidad que aún debe de haber ahí y no se logró destruir!
Lo peor es que estas acciones mediocres del gobierno, han hecho que el problema se extienda, haciendo que muchos ignoren lo que sucede.
Se necesita atacar el desempleo, la pobreza y la falta de seguridad existentes, porque la realidad es que hoy, por 50 libras de hierba, se entrega a los nativos un diario que incluye dos bolsas de arroz, cuatro paquetes de azúcar, dos bolsas de café, cinco bolsas de sal y tres paquetes de macarrones. No se entrega dinero.
De acuerdo con un estudio del Ministerio de Planificación, el cantón de Talamanca ocupa el último lugar del país en cuanto a desarrollo humano, o sea el puesto 81. Es claro que aquello que hoy realizan las autoridades no es suficiente ni aceptable; no se brinda una vivienda digna, alimento ni seguridad.
¿Qué tal si en lugar de utilizar los terrenos para la siembra de marihuana, estos se utilizaran para el cultivo de productos de alimentación y se vendieran para generar ingresos a los indígenas? Sería una mejor opción que brindaría trabajo y por lo tanto dinero para muchos.
Gobierno de Arias y gobierno próximos: No queremos acciones mediocres, sino una solución concreta ante las causas que llevan a esta población a realizar la siembra de droga. Se requieren empleos dignos para poder satisfacer las necesidades de alimentación y vivienda, seguridad para el cantón para evitar que “los otros” se aprovechen, y se necesita brindar un buen nivel de educación que lleve a la superación.
Lo que sucede no nos es ajeno, Talamanca necesita ser atendida.
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